TRANSFORMADORES Y SUBESTACIONES ELÉCTRICAS
La electricidad es un elemento indispensable en nuestra sociedad, para que llegue a nuestros hogares, industria, etc. Y para que todo eso sea posible, es tan importante generarla, transformarla y transportarla a los centros de consumo.
En este proceso, además de las centrales eléctricas, juega un papel clave la red que transporta la electricidad, los transformadores y las subestaciones eléctricas.
Podemos dividir las subestaciones en dos grupos, las que elevan la tensión de la electricidad (subestación elevadora) y las que la reducen (subestación reductora).


Las subestaciones reductoras se encuentran cerca de las centrales, y su función es recoger la corriente eléctrica y
elevarlo a alta o muy alta tensión. De esta forma, después de pasar por la subestación, la electricidad tendrá unos valores diferentes. El objetivo de esta subestación es facilitar el transporte de la electricidad y asegurar el mínimo de pérdidas durante el largo recorrido.
Por otro lado, cerca de los núcleos urbanos se encuentran las subestaciones de distribución que reducen la tensión.
Finalmente, al pasar por los centros de transformación, la tensión se adapta a las condiciones de una buena distribución.
Tanto si elevan la tensión como si la reducen, la subestación necesita un transformador para poder llevar a cabo sus funciones. Estos transformadores pueden ser elevadores o reductores. Cuando la electricidad entra en un transformador se encuentra con tres núcleos.
Recordemos que la corriente eléctrica es trifásica, por lo tanto hay un núcleo de hierro por fase. Estos núcleos de hierro tienen un bobinaje primario y uno secundario cuya forma depende si es elevador o reductor.


El transformador dispone de diferentes sistemas de seguridad, los que velan por su buen funcionamiento como la temperatura del aceite, los parajes, los pararrayos, los sistemas activos y pasivos de contraincendios como tuberías de agua, una base de piedras de río y muros pantalla.
También podemos clasificar las subestaciones dependiendo de su construcción, en las que identificamos dos tipos: las subestaciones aéreas, que se encuentran normalmente en las afueras de la ciudad, y utilizan aire como material aislante y las subestaciones encapsuladas, que utilizan hexafluoruro de azufre como material aislante. Esto permite que los interruptores estén más cerca uno de otros, y por lo tanto, que la subestación no ocupe tanto espacio.
La electricidad accede a través de galerías o torres de alta tensión, normalmente no disponen solo de una fuente de alimentaciones, si no de dos o más. A esto se le llama tener conmutación automática. Si una de las fuentes fallara, la otra seguiría alimentando la subestación.


La electricidad pasa por diferentes equipos de alta tensión, interruptores, transformadores de intensidad y de tensión, los cuales controlan que la corriente eléctrica circule correctamente, y proteja el acceso al transformador, que va a reducir la tensión.
Uno de los elementos más importantes en las subestaciones son los interruptores y los seccionadores. Los interruptores sirven para conectar y desconectar el circuito eléctrico, en las subestaciones aéreas se encuentran al aire libre, y en las subterráneas en un área llamada GIS.
Los seccionadores permiten el paso y el corte de la electricidad al interruptor de una forma distribuida y controlada. En las subestaciones encapsuladas el estado del seccionador está representado por un código de colores. Verde significa abierto, y rojo cerrado. En cambio, en las subestaciones al intemperie el seccionador en forma de puente significa cerrado, si no hay puente significa abierto.
En este transcurso, un transformador vela por el buen funcionamiento de la instalación. Antes de llegar a los hogares, la electricidad pasará por los centros de transformación, dónde será reducida a la tensión de uso.
Las subestaciones sean del tipo que sean, son un punto clave en el camino que realiza la electricidad de la central hacia los puntos de consumo.